Mundial de Fútbol en la oficina: ¿pérdida o ganancia corporativa?

lunes, 28 de junio de 2010 Alvaro Díaz 0 Comments

Si bien las horas no trabajadas durante los partidos de fútbol pueden generar grandes costos para las compañías, lo cierto es que -según los expertos- una actividad de esta envergadura puede ser la ocasión ideal para mejorar el clima laboral y estrechar las relaciones entre jefes y empleados.

Gritos, banderas, globos y hasta vuvuzelas. Al igual que un fin de semana en el estadio, son varias las oficinas que por estos días se han transformado en verdaderos recintos deportivos para ver en directo los partidos del Mundial de Fútbol. Es que el fervor que causa este evento difícilmente ha podido ser ignorado en las empresas, muchas de las cuales han permitido a sus empleados disfrutar de los encuentros a fin de evitar el ausentismo laboral.

Así lo reveló un estudio del portal de empleos Trabajando.com, que mostró que la mayoría de los empleados latinoamericanos tiene permiso para presenciar los partidos en horas de trabajo. Según el sondeo, muchas empresas -de manera excepcional- han tomado la decisión de flexibilizar sus jornadas, compartir desayunos e instalar televisores. Y aunque muchos trabajadores deberán recuperar ese tiempo perdido, los costos monetarios de bajar la productividad no dejan de ser menores para las compañías. Si se considera que un partido dura cerca de dos horas, los que llevan la delantera son los chilenos, quienes perderán cinco horas de trabajo sólo durante la primera ronda. Le siguen los mexicanos con cuatro horas y media, los argentinos con cuatro y los españoles con dos horas.

En el caso de Argentina, por ejemplo, las compañías pierden US$10,6 por persona en cada partido. Si se considera una empresa con 200 empleados, ésta desaprovechará US$2.120 en cada juego, es decir, sólo en la primera ronda esa compañía perderá US$8.840. Bajo el mismo modelo, en Chile las empresas perderán US$9.930, mientras en España derrocharán US$17.832.

Si bien las cifras son considerables, los expertos aseguran que -pese a las pérdidas- una actividad de esta envergadura puede ser muy bien aprovechada por las organizaciones. “Esta ocasión es una gran oportunidad para generar mayor compromiso con la empresa y un mejor clima laboral. Las compañías debiesen dar flexibilidad y si lo que les complica es el tema de los costos, siempre existe la posibilidad de recuperar las horas perdidas”, dice Alvaro Vargas, gerente general de Trabajando.com. “Quienes son fanáticos del fútbol siempre buscarán la manera de ver los partidos, por eso es mejor transparentar la situación y evitar que busquen otros recursos para hacerlo de manera oculta”, agrega.

Jaime Alonso Gómez, académico de la Egade del Tecnológico de Monterrey, explica que un Mundial de Fútbol es la ocasión que tienen los empresarios para demostrarle a sus empleados que conocen la importancia de este evento y que, por ende, harán un esfuerzo conjunto para celebrar el deporte, la salud y la alegría de compartir con ellos. “Con esto, las empresas comunican que están flexibilizando los horarios de trabajo para que juntos apoyen a sus equipos, que confían en el profesionalismo de todos y que esperan que esto se manifieste en un ambiente de trabajo alegre, en el que todos construyan una organización productiva”, dice. Los empleados, por su parte, demuestran a sus superiores que están contentos de celebrar en un ambiente feliz, creando así un sentido de pertenencia con la organización.

A juicio de Raúl Medina, profesor de Comportamiento Humano del IAE Business School, todas las oportunidades que tienden a favorecer lo lúdico en el ámbito de la empresa, fomentan determinados valores, como por ejemplo la cooperación. “Compartir un momento juntos en distensión siempre es conveniente que exista dentro de la exigencia del trabajo. Cada empresa lo hará dentro del ámbito de su propia cultura, pero entiendo que debería fomentarse, porque además lo está viviendo el país todo y no sólo un sector del mismo”, dice.

Y aunque muchas compañías vean como una amenaza a su productividad el que sus empleados estén preocupados de ver, comentar y vivir el Mundial con un fanatismo difícil de encontrar en otras disciplinas, Roger Marull, gerente general de Meta4 Chile, afirma que “lo mejor es enfrentar el tema y buscarle provecho a la situación. El mundial para muchas personas, hombres y mujeres, es un evento muy importante, especialmente si su país está presente”.
Rayar la cancha. Una vez que las empresas han permitido a sus trabajadores disfrutar de los partidos, Marull recomienda “rayar la cancha”, definiendo claramente lo que estará prohibido y lo que no. “Por ejemplo, según el giro de la empresa, puede tener que atender público o abastecer a clientes, por lo que los empleados deben saber cuáles de sus responsabilidades no se deben ver alteradas y cuáles si pueden reagendarse o postergarse”, dice.

Según el especialista, para el día del evento mismo (partido de la selección nacional), se debe buscar la forma de alcanzar aquellos objetivos que se desea cumplir. “Si lo que se busca es mejorar el sentido de pertenencia o el compañerismo, la empresa debe idear actividades en torno a estos objetivos de modo de propiciar el encuentro, sana competencia y unión, entre otros”, añade.

Respecto de si es recomendable para las organizaciones recuperar aquellas horas no trabajadas, el experto en recursos humanos afirma que es esperable, siempre y cuando cada empleado conozca bien su responsabilidad, los objetivos que debe cumplir y se planifique de acuerdo a lo que se espera de él. “Se puede ser flexible en la forma de recuperar las horas, pudiendo ser un poco cada día, todas juntas o con trabajo desde la casa. Dependerá de cada empresa y sus necesidades de negocio”, dice.

Con todo, los especialistas coinciden en que un Mundial de Fútbol no sólo será útil para mejorar el ambiente laboral, sino también para probar esquemas de trabajo más flexibles, jornadas mixtas y/o compartidas -los que trabajan en turnos por ejemplo-, y probar el liderazgo de los jefes con sus colaboradores.

Tomado de America Economia .

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