Compañeros indeseables: ¿cómo lidiar con ellos?

domingo, 24 de enero de 2010 Alvaro Díaz 0 Comments

Contar hasta diez, tener paciencia, responder con indiferencia y poner límites, son algunas de las recomendaciones que hacen los expertos.

El trabajo no sólo implica desempeñarse satisfactoriamente, sino también convivir y relacionarse de manera cotidiana con una múltiples personas. Sin embargo, en muchas ocasiones, los compañeros de labor no cumplen precisamente con el perfil ideal para entablar una relación armoniosa, transformando el ambiente en un escenario tenso y poco grato.
Quienes han tenido que compartir extenuantes jornadas con colegas desagradables, chismosos o egocéntricos, saben que esto no es una tarea fácil. Y aunque los conflictos entre compañeros son tan antiguos como el trabajo mismo, el mayor problema se presenta cuando la apatía, la falta de comunicación y la poca cordialidad llegan a límites intolerables, quebrantando las relaciones laborales.
Si bien es cierto que los problemas de convivencia se generan en todas partes, y que es iluso pretender llevarse bien con todo el mundo, los roces por incompatibilidad de personalidades, rivalidad natural, poder, competitividad, envidia o también por razones infundadas que poco tienen de razonable y comprensible, pueden debilitar la dinámica del equipo de trabajo e, incluso, llevar al fracaso los objetivos de la empresa.“La persona que puede generar antipatía es aquella que carece, mayoritariamente, del apego de sus compañeros de trabajo, ya sea por posiciones egocéntricas, imprudencia o simplemente por algo que no se sabe que es, pero que con sus actitudes desmotiva al equipo, merma la creatividad y productividad que pudiera generarse”, explica Alfredo Luna, director administrativo de Centrum Católica.
Para enfrentar este problema, los expertos recomiendan buscar distintas soluciones. Una de ellas, es tratar de comprender si la antipatía del compañero tiene algún origen o motivación. “Una mala disposición en las relaciones se debe, habitualmente, a problemas personales o a insatisfacciones, por lo que es posible que enfrentando a la persona y preguntándole directamente el porqué de su actitud, ésta se pueda desahogar e ir cambiando su actitud gradualmente”, dice Luna. “Si no es posible, ya sea por lo distante de la relación o por cualquier otra razón, lo más adecuado es relacionarse lo estrictamente necesario, relativo sólo a lo laboral”, agrega.
A juicio de Lorena Pérez, encargada del área de desarrollo de carrera, de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad Diego Portales, con compañeros antipáticos, lo aconsejable será ser políticamente correcto y diplomático, es decir, “saludar, mantener relaciones cordiales dentro de lo posible y mantener una relación de respeto, una distancia adecuada y enfocarse sólo en lo profesional”.
Si la antipatía es causada por un deseo de figurar, se debe responder con la indiferencia, explica el experto de Centrum Católica. En cuanto al compañero imprudente, es suficiente poner límites. “El tino, la tolerancia y la paciencia son las mejores consejeras para poder eludir la amenaza de los reyes o reinas de la simpatía”, afirma.
Revirtiendo la situación. Según los expertos, una buena opción para acercar a los empleados es realizar dinámicas grupales que estén fuera del contexto laboral, para distender y fortalecer las relaciones personales. “En caso de que la antipatía se vuelva un problema, un consejo es conocer a esta persona en un plano más informal como paseos de la empresa, happy hours, cumpleaños, lugares fuera de la oficina, para ver si efectivamente hay algo que lo haga actuar de esa manera”, dice Pérez.
El apoyo de profesionales expertos en temas de comunicación y manejo de conflictos, también es de gran ayuda. Al igual que capacitar a los gerentes de recursos humanos para que gestionen mejor las relaciones laborales entre empleados, y tracen una estrategia de acercamiento con la persona non grata.
“En ocasiones ,es necesario una posición de grupo para seleccionar a un interlocutor que sea admirado, respetado y que la persona generadora de antipatía escuche, para que hable con ella. Esta persona, antes de hacerle alguna sugerencia podría escucharlo, no sólo para que la persona generadora de antipatía reciba un consejo acertado, sino para que ésta se sienta acogida por la organización y se comprometa a un cambio significativo”, observa Luna.
En este sentido, el especialista agrega que una vez que se haya intervenido sobre el sujeto y se observe algún cambio, se podrán reforzar los vínculos al interior del equipo para promover la cooperación entre los miembros y, de esta forma, mejorar el ambiente en general. Pero si la antipatía, las faltas de respeto y las deslealtades persisten, es recomendable denunciarlas, a fin de recuperar la convivencia y evitar que las metas de la empresa se vean afectadas, al igual que la salud del resto de los compañeros.
“Si la persona en cuestión transgrede los límites o normas, o contamina el clima laboral, esto debe ser conversado con alguna instancia superior o jefatura”, sostiene Pérez.
Por último, si siente que uno de estos días perderá la calma o reventará de ira a causa de algún compañero indeseable, cuenta hasta diez, ármese de paciencia y trate de comprender la reacción de su colega. Pasar malos ratos por culpa de otros, podría terminar afectando su salud e, incluso, su desempeño laboral.

Tomado de America Economia .

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