Despertar en pijama en la oficina...

Pareciera que se trata de una pesadilla, pero en realidad es una inusual costumbre para potenciar la productividad laboral. Conozca el caso de la compañía Synapsis.
Si alguna vez ha tenido la pesadilla de llegar a su trabajo en pijama sin darse cuenta, los empleados de esta empresa saben, una vez al año, exactamente qué se siente eso.
Cada año los empleados de Synapsis, una empresa que realiza consultorías en tecnología, se despiertan en la oficina. La pijama puesta, las pantuflas calzadas, la bata en el espaldar de la silla, los osos de peluche al lado del celular y las llaves del carro.
Desde hace cuatro años es obligatorio que uno de los días del calendario sea destinado a trabajar en piyama, como laborar desde la casa, sólo que en la oficina. “Es el día más relajado de la semana”, dice uno de los empleados mientras arrastra las garras de oso que lleva puestas en los pies de un lado al otro de la oficina.
La idea fue de Robin Barquin, el gerente de la empresa, quien no recuerda dónde leyó que la vestimenta influye en el desempeño laboral de las personas. Decidió probar el postulado y el resultado fue este día en el que todos los empleados, él incluido, atienden los oficios diarios desde la comodidad de la ropa para dormir.
Podrá ser el día de la piyama, pero no de cualquiera. Es como dice Ángela Cano, asistente de la gerencia, la pijama de gala. “Esta la compré ayer”, aclara. Un poco más allá de su puesto se encuentra el gerente administrativo, quien, vestido con un conjunto de Mario Bros (el popular personaje de videojuego de Nintendo) y la mirada seria, atiende los asuntos de negocios.
Algunos de los empleados van, año tras año, cambiando de pijama. John, quien esta vez lució un diseño de Bob Esponja (la esponja de mar personaje de la serie del canal Nickelodeon), fue, el año pasado, Garfield. Es inevitable pensar que este día es una especie retorcida de Halloween.
“Es un día diferente, es verdad, pero también uno muy cómodo. Me gusta. Uno trabaja más tranquilo”, dice Iván Darío Melgarejo, asistente de marketing, quien ha estado en tres de los cuatro días de trabajar en pijama. ¿Qué hacen para salir a almorzar?: “Nadie sale. Hoy es el día de los domicilios. ¿Usted se imagina salir a la calle en pijama?”.
Tomado de America Economia .
Cada año los empleados de Synapsis, una empresa que realiza consultorías en tecnología, se despiertan en la oficina. La pijama puesta, las pantuflas calzadas, la bata en el espaldar de la silla, los osos de peluche al lado del celular y las llaves del carro.
Desde hace cuatro años es obligatorio que uno de los días del calendario sea destinado a trabajar en piyama, como laborar desde la casa, sólo que en la oficina. “Es el día más relajado de la semana”, dice uno de los empleados mientras arrastra las garras de oso que lleva puestas en los pies de un lado al otro de la oficina.
La idea fue de Robin Barquin, el gerente de la empresa, quien no recuerda dónde leyó que la vestimenta influye en el desempeño laboral de las personas. Decidió probar el postulado y el resultado fue este día en el que todos los empleados, él incluido, atienden los oficios diarios desde la comodidad de la ropa para dormir.
Podrá ser el día de la piyama, pero no de cualquiera. Es como dice Ángela Cano, asistente de la gerencia, la pijama de gala. “Esta la compré ayer”, aclara. Un poco más allá de su puesto se encuentra el gerente administrativo, quien, vestido con un conjunto de Mario Bros (el popular personaje de videojuego de Nintendo) y la mirada seria, atiende los asuntos de negocios.
Algunos de los empleados van, año tras año, cambiando de pijama. John, quien esta vez lució un diseño de Bob Esponja (la esponja de mar personaje de la serie del canal Nickelodeon), fue, el año pasado, Garfield. Es inevitable pensar que este día es una especie retorcida de Halloween.
“Es un día diferente, es verdad, pero también uno muy cómodo. Me gusta. Uno trabaja más tranquilo”, dice Iván Darío Melgarejo, asistente de marketing, quien ha estado en tres de los cuatro días de trabajar en pijama. ¿Qué hacen para salir a almorzar?: “Nadie sale. Hoy es el día de los domicilios. ¿Usted se imagina salir a la calle en pijama?”.
Tomado de America Economia .
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